El frenesí por la inteligencia artificial vuelve a encenderse: las grandes tecnológicas apuestan todo a la IA

Silicon Valley ha vuelto a acelerar el paso. A más de dos años del lanzamiento de ChatGPT por parte de OpenAI, el sector tecnológico se […]

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Comunicación LinkSpace

ACTUALIZADO

5 de julio, 2025

Silicon Valley ha vuelto a acelerar el paso. A más de dos años del lanzamiento de ChatGPT por parte de OpenAI, el sector tecnológico se encuentra inmerso en una nueva y descomunal ola de inversiones para dominar la inteligencia artificial. Con presupuestos récord, proyectos de infraestructura colosales y una competencia feroz por talento especializado, el frenesí por la IA no solo ha regresado: se ha intensificado.

Gasto sin precedentes en infraestructura y talento

OpenAI, Meta, Amazon, Google y Microsoft encabezan una carrera que parece no tener límites. Solo en 2025, estas compañías proyectan invertir más de 320.000 millones de dólares en centros de datos —el doble de lo que gastaron hace apenas dos años—, apostando por una infraestructura capaz de sostener sistemas de IA que compitan con la capacidad del cerebro humano.

OpenAI, junto a Oracle y SoftBank, lidera uno de los desarrollos más ambiciosos: un complejo de centros de datos de 60.000 millones de dólares en Abilene, Texas, además de otra instalación en Medio Oriente. Por su parte, Amazon construye un campus de 487 hectáreas en Indiana, mientras su socio Anthropic planea utilizar hasta 30 centros de datos de ese espacio para entrenar un solo modelo de IA.

Meta no se queda atrás: acaba de duplicar el tamaño de su instalación en Luisiana y anunció una inversión de 14.300 millones de dólares en Scale AI, startup especializada en la organización de datos para entrenamiento de modelos. En el mismo movimiento, Meta fichó a Alexandr Wang, joven CEO de Scale AI y figura emergente del mundo de la inteligencia artificial.

El nuevo oro: talento y algoritmos

Más allá del hardware, las grandes tecnológicas están apostando fuerte al «acquihiring», la práctica de adquirir startups con el único fin de quedarse con su talento. Dimitri Zabelin, analista de PitchBook, lo resume así:

“Las empresas están comprando otras no por sus productos o ingresos, sino simplemente por sus equipos de investigadores”.

El fenómeno no es nuevo —en 2013 Google pagó 44 millones de dólares por tres investigadores—, pero hoy esa cifra parece simbólica. Actualmente, Meta ofrece bonos de contratación que superan los 100 millones de dólares para fichar a los mejores científicos de datos del mercado.

¿Una inversión visionaria o una burbuja en gestación?

Mientras la inversión en IA en EE.UU. alcanzó los 65.000 millones de dólares solo en el primer trimestre de 2025 (un 550 % más que antes del boom de ChatGPT, según PitchBook), crecen también las voces críticas. Algunos expertos advierten que este frenesí no garantiza resultados y que los retornos de la IA aún son inciertos.

“La IA es posiblemente el emprendimiento más caro que ha intentado la industria tecnológica”, alerta Chris V. Nicholson, inversor en Page One Ventures.

No obstante, el temor a quedarse atrás supera al riesgo de invertir en exceso. Como afirma Jordan Jacobs, socio en Radical Ventures:

“Los grandes CEOs saben que pueden equivocarse invirtiendo de más, pero no pueden darse el lujo de hacer demasiado poco”.

Una nueva era de competencia y disrupción

La competencia por dominar la inteligencia artificial no se limita a productos o usuarios. Se ha transformado en una carrera global por infraestructura, algoritmos, datos y cerebros brillantes. Si bien algunos expertos dudan de que el ritmo de mejora de los modelos se mantenga, empresas como Amazon aseguran que aún si la innovación se desacelera, el valor de estos sistemas en el mercado empresarial seguirá creciendo.

El frenesí por la IA ha regresado con más fuerza, arrastrando consigo miles de millones de dólares, estrategias empresariales transformadoras y un rediseño completo del panorama tecnológico global. Y, por ahora, no hay señales de desaceleración.

Fuente: The New York Times